18 agosto, 2017

Per se

En el arte de la espera,
se halla la pulcra paciencia macerando la vida,
el alba y el amor.

En el arte de la espera,
sueña mientras ocurre,
escribe mientras pasa,
anhela mientras sucede.

En el arte de la espera,
solo se encuentra cuando se deja de buscar;
cuando ya domado el ímpetu,
se apacigua el viento fuerte,
golpeado por la tormenta desatada.

en este atrio magno,
la espera solo es parte de un suspiro eterno,
respiro tras respiro,
sosteniendo la lentitud de tiempo,
acariciando el ceño fruncido,
tomando por las manos el rostro agrio...
abrazando la vitta en amore´.

haciendo eterno el instante de esperar,
se comienza a encontrar la pausa escondida de la luz instantánea,
y deseando ya verla,
nos adentramos en sí misma,
para finalmente hacer morir lo inquieto y diluirse en el resplandor de la belleza.

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