de lo simple, lo esencial.

Las manos de quienes levantan sus almas al cielo, son manos que regalan esporas de dulzura, son almas que conceden felicidad sin precio, sin interés, sin condiciones que limiten sonrisas ni abrazos repartidos al azar.

fragilidad

Doy vueltas pensando en los colores que inundan la vida, doy vueltas pensando…

Dentro de este sol que nos alumbra, la fuerza de la vida resplandece sobre nuestros ojos, Dentro de cada amanecer, brilla tu alma.

Giros de la vida recorren montañas, y va haciendo madurar su adultez al mismo paso que madura nuestra conciencia sobre ella. Tomas lo que necesitas para vivir y recurres a su sabiduría para recibir amparo, auxilio que obligas para vivir dentro de una burbuja que esta por estallar, en donde el aire que sobra llena vacíos que no necesariamente tienen que ser llenados, están así porque ella lo ha querido. Interponerse en su destino no es tarea de nuestro quehacer, nuestra tarea es crear, es vivir y llenar de amor lo dado, sin dominar, mas bien engendrar, dejar nacer y ser, mas bien voltear y mirar lo natural.

En la fragilidad esta el hermoso detalle.

Alcanzar la felicidad con la parte de arriba de una flor, seria como tocar tu rostro y perfumarlo para el viento.

Alcanzarte, beber de tu misma esperanza y planear por un risco sin miedo.

De la simpleza a lo rebuscado, he escudriñado amaneceres por rincones escabrosos, he recorrido senderos que nadie les ha encontrado fin, he vivido con la alegría en momentos de muerte, he sobrepasado la frontera, y de la mano de un ciervo he bebido el agua mas dulce, aquella que también limpia el alma y renueva la flor del campo.

Irremediablemente tengo la mañana bajo amenaza, desprovisto de detalles que hacen funcionar las ideas. Algún día será distinto, algún día haré de esta locura una estrella viva bajo nuestras almohadas, aquella será la mañana mas hermosa, siempre y cuando al abrir los ojos, en un segundo, comience a entender la adivinanza que logre descubrir tu conciencia.

Quiero vivir y nacer día a día, vivir y recordar cada momento ahí, en donde las vidas se conocieron y vibraron en cada palabra, en donde no había mas tiempo que el valioso segundo de escucharte hablar. Siempre soñé con amaneceres perfectos, con aromas dulces y calidas notas de color… entendí que no tengo remedio para tu encanto.

Mas tiempo traeré a esta realidad, minutos que se van sin despedirse, minutos que retrocedo para revivirte. Cada día que pasó fue una mañana nueva en que vi el brillo de tu despertar, intento rememorar las mismas energías con que caminabas entre árboles, innumerables esfuerzos para mostrarte la vida, la alegría y el sentir de lo natural.