la mar

se escucha el sonar de un barco,
preguntará por lo infinito del océano,
 preguntará por cuan vasto es.

la verdad es que es sin fin,
 abierto en su plenitud,
vaciado es de si mismo en su ir y venir,
 en su corriente de vacilante duda,
 en sus gotas condensadas,
 en el viento que lo mueve.

es ahí donde quedo,
 en la bastedad de su ancha manga,
 en su sonido a ojos cerrados,
 ahí pierdo conciencia y entro en la que me consume.
vividor es del silencio en calma y de la tempestad en su gozo.

es ahí,
 a la deriva de su voluntad meciendo la barca...
y yo sentado mirando la fragil linea,
 creando mil cosas y otras tantas por venir,
imaginando algunas y vaciando otras.

mil sonidos,
 mil y en la mente se mueven como olas en el mar,
divago por espacios plenos,
 la mar otorga el momento: vastedad...
en la fragilidad esta el detalle,
en la simpleza su color y en lo infinito la calma.