05 junio, 2016

momentos humanos reales

desde que cruce la calle golpeando mi hombro con la gente, entrando en la carrera de una manada por pasar sin ser empático, avasallando la moral, descuidando lo sutil, la mirada, el cuidado, la deferencia, como una pelota de pinball, rebotando entre murallas, inerte, sin vida...

los rostros avanzan con vista agacha, pensando en quehaceres, deudas, trabajos, competir, dormir, descansar, morir por un rato, en fin... toda actividad mecámica que solo permite funcionar la matrix, la fabrica, haciendo que siga funcionando la maquina de producción, y no necesariamente la nuestra, sino aquella que es siniestra, que explota el espíritu a precio de esclavitud, que debilita la humanidad, la verdadera humanidad,esa humanidad intrínseca, y que no piensa en producir, en aumentar la utilidad, sino que en respirar, palpitar el alma, redimir rencores, cimentar emociones, en aliñar el amor.

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