13 julio, 2016

flor de loto

En esa mirada casi cabizbaja, pero que de pena no tiene absolutamente nada, te observo entre una leve risa coqueta y te hablo..." me encanta hacerte compañía", soltando ya la risa directa, impulsándome hacia ti de manera deliberada y besarte, así como también el alma y acariciarte.

la ternura nunca fue tan afable entre almas lejanas, entre palabras como contrato de no-amor... pero que en el fondo, pequeños besos son los delatores de que sí, si hay algo que alimenta las ganas de extrañarnos entre sabanas, entre llamadas, entre reencuentros y anhelos a distancia de vernos y quizás que cosa... como cuando nos hacernos el amor.

 sabes... en el amor las barreras son solo murallas limitadoras de pasiones, verdaderos guetos que no sirven sino solo para aminorar lo que en el universo gira como agua que corre por ríos naturales.

sabes... en el amor, contenerse las ganas eso solo para volverse loco; en mi caso... junto esas ganas para explotarlas en el ratito que te veo, que te acaricio y que te beso apretando el abrazo, como abrazando también a mis propias ganas de mantener  la alegría de verte llegar y ofrecerte y té o un masaje... la intimidad no es solo sexo, también es contemplarte y en una caricia expresar que te amo sin decirlo.

sabes...en el amor rebelde, las almas involucradas son personas de espaldas, cada uno mirando para su lado. pero hay algo que los une sin que ellos lo sepan... el grato calor de sus espaldas juntas, ahí se rozas, cierran sus ojos y sienten el contorno del otro que los une, ahí surge la homeóstasis... el equilibrio térmico, la temperatura perfecta entre cuerpos que no se miran, pero que disfrutan el calor que los une.



nunca entendí  el significado de la flor de loto...  ahora, es un concepto que somatiza ese ímpetu por enredar mis gamas de verte con el beso cariñoso que le regalo a tu espalda, cuando comienza la maravilla de dormir a tu lado.

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