tu cantando, yo contemplando.
me recuerda a las vidas que viví encontrándote, buscándote entre aires y pensamientos,
palabras sin voz y sin ti.
Palabras de la guitarra en tonadas de improviso,
palabras bajo el reflejo imaginario del mar,
Flotando, como mecido por la ternura viva que da tu regazo.
Entregado, más bien sin aire de tanto placer sin piel.
Enarbolando mi alma de la tuya. Siempre fuiste quien abría mi ser sin quererlo.
Y así se entregó mi alma sola, y sin preguntar, te comenzó a amar.
Ahí perdí la ruta, viaje de no retorno, viaje ya sin rumbo.
Si de un amor así, el camino de regreso se ha olvidado.
Y así mismo como me perdí, tiernamente me inmiscuyes en tu risa, e7scondida de sí misma en su hombro. Como gustando la vida en secreto, como Amando el aire entre el beso del adiós.
En la flor que vive al sol,
En el paso en falso,
En la espera...
En la belleza del caos.
En todo momento,
En todo lugar,
En el día que muere,
En la hora final.
Donde sea
Y como la vida quiera,
Ella te lo dirá siempre...
Te amo.
Entre tantos infiernos...
como no habrá arcoiris en el cielo que de bálsamo al tormento de tu ausencia,
en su expresión triste habitada en la osadía sufrible,
en oscura grieta sangrando como llanto inagotable.
De verdad,
que desde la penumbra recóndita,
aun ahí,
encuentro sutil destello que relaja el alma,
regalando suspiro suave en recuerdo a tus ojos.
No importa que tan ostil sea la pasada del tiempo o la vida...
aun ahí surge el ideal enarbolando, llegando al centro mismo del odio y convirtiéndolo en luz.