escuchar el mar por horas, es igual que poner atención al silencio... sonido inaudible para las células que se encargan de aquello, pero que animado es para la imaginación a ojos cerrados, aquella que hace de él una orquesta en la profundidad de la bastedad del submundo consciente.
es ahí mismo -y no en otro lugar- en donde se manifiesta el tiempo invisible de la observación a la conjetura del silente tic-tac.
me acostumbro y no rehuyo de su retorica, mas bien, la transformo en déficit atencional para mirar la realidad con espectro lucido y esparcido en su multiforme estructura.
es ahí mismo -y no en otro lugar- en donde se manifiesta el tiempo invisible de la observación a la conjetura del silente tic-tac.
me acostumbro y no rehuyo de su retorica, mas bien, la transformo en déficit atencional para mirar la realidad con espectro lucido y esparcido en su multiforme estructura.
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